martes, 25 de enero de 2011

20 REGLAS PARA CREAR UN BUEN DISENO

Revisando nuestra biblioteca, en los últimos días hemos vuelto a releer un libro de diseño gráfico muy recomendable no sólo para diseñadores, sino para todos aquéllos que en algún momento necesiten evaluar la calidad y la idoneidad de un diseño, para su empresa, por ejemplo. Se trata de Los elementos del diseño. Manual de estilo para diseñadores gráficos, de Timothy Samara.
Hemos de decir que no podríamos estar más de acuerdo con el punto de partida de este manual: veinte reglas para crear un buen diseño. Evidentemente, las reglas están para saltárselas, pero incluso para eso hace falta saber cómo hacerlo: hay que conocerlas, hay que dominarlas y, en determinados momentos, ser escurridizos con ellas.
Entre este y los próximos posts intentaremos poneros ejemplos de estas veinte prácticas reglas, en algunas de las cuales Timothy Samara tiene más razón que un santo.
Vamos con las cinco primeras:
1. “Ten un concepto”. Diseñar sin concepto es como pretender atravesar un desierto sin una brújula: seguro que te pierdes. Y si tú te pierdes, nadie te va a encontrar, nadie va a saber qué quieres decirle. Por eso, es fundamental tener muy claro qué quieres decir y cómo vas a hacerlo, como en la imagen nº1, un cartel sobre un curso de efectos especiales (como verás, no hacen falta muchos elementos si tienes claro aquello que quieres decir).
2. “Hay que comunicar, no decorar”. En comunicación nuestra finalidad nunca debe ser “que quede bonito”. Reconozcámoslo: no somos artistas, ni pretendemos serlo. Nuestro objetivo no es la pieza gráfica en sí misma, sino la respuesta que obtendremos gracias a ella de nuestro público objetivo. Esto no significa que no deba ser estéticamente buena, todo lo contrario: creamos objetos de persuasión. En este sentido, todo lo que coloquemos en un diseño debe comunicar, debe tener una razón de ser. En el folleto (imagen 2), cuyo objetivo era la optimización de los desplazamientos a los centros de trabajo para ahorrar energía, se decidió incluir en la parte inferior del mismo un recorrido imaginario entre una casa y un centro de trabajo en el que aparecían únicamente medios de transporte ecológicamente sostenibles (transporte público, coches compartidos, bicicletas, etc.) ¿Un adorno? Más bien una forma de simplificar y hacer más recordable un mensaje.
3. “Habla con un único lenguaje visual”. Hay que ser coherentes, especialmente en lo que a identidad visual corporativa se parece. Todas las piezas gráficas deben ser como hermanas: diferentes, con personalidad propia, pero con la misma esencia. Así se construyen visualmente las marcas, así las hacemos recordables y reconocibles (imagen 3).
4. “Utiliza dos familias tipográficas como máximo”. A lo que nosotros añadimos “y úsalas para jerarquizar la información”. La tipografía puede ser de gran ayuda para comunicar un mensaje, o puede ser un arma de destrucción masiva, generando un caos incomprensible y dificultando la lectura. Puedes ayudarte del color, el tamaño y el estilo de la letra (imagen 4).
5. “Golpea en dos tiempos: ¡un, dos!”. Desengañémonos, nos van a dedicar un minuto si tenemos suerte. No es por ponernos finos, pero el ser humano es así: la resistencia cognitiva impide que nos fijemos en todo lo que nos rodea, y menos mal, porque nos volveríamos locos. Pero claro, esto es un problema para el mundo del diseño. Solución: guía la mirada del que te ve, destaca lo que verdaderamente importa y aprende a captar la atención: el número dos es nuestro objetivo, pero si no ven el uno no te van a hacer caso y se quedarán ahí. Como una imagen vale más que mil palabras, te enseñaremos el envío que hicimos para conmemorar nuestro tercer cumpleaños (imagen5).
Prometemos más entregas, nos faltan 15 reglas. Esperamos que mientras tanto estas os sean de utilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario